700 gramos de solomillo de buey, 2 cebollas medianas o grandes, 300 gramos de champiñones, Crema agria (puede sustituirse por nata a la que añadiremos pepinillos en vinagre cortados muy finos). Un vaso de vino blanco seco, 4 cucharadas de aceite de oliva (en algunas recetas se usa mantequilla), Mostaza de Dijon, Sal, Pimentón dulce.
Cortamos la carne de buey en tiras de aproximadamente un centímetro de grosor y las enharinamos ligeramente para evitar que se sequen demasiado al saltearlas.
Limpiamos bien los champiñones, los cortamos a dados y los reservamos.Salteamos las tiras de buey en una sartén con aceite de oliva, únicamente para sellar la carne por todos los lados sin hacerla demasiado.Cortamos la cebolla en dados pequeños y la salteamos en la misma sartén, hasta que se ponga transparente. Añadimos los champiñones y los salteamos junto a una pizca de pimentón dulce, procurando que no se queme.Echamos el vino blanco y removemos para que no quede nada pegado en el fondo de la sartén, al tiempo que reducimos el alcohol del vino.Añadimos la crema agria o la nata con pepinillos y removemos hasta que la salsa alcance una consistencia ligera, sin que llegue a espesar demasiado.Por último, incorporamos a la salsa la mostaza de Dijon, en cantidad que depende del gusto personal.Cuando la salsa está al punto, vertemos en ella la carne que habíamos reservado junto con el jugo que haya podido soltar mientras reposaba y lo cocinamos entre tres y cinco minutos a fuego lento, según el punto de cocción que deseemos para la carne, removiendo ocasionalmente.Ya se puede servir el plato, que podemos acompañar de arroz blanco hervido o de pasta fresca