Ingredientes (8–10 porciones)
- Base del guirlache
- 250 g de almendras enteras, con piel
- 250 g de azúcar
- 2 cucharadas de miel
- 1 cucharadita de zumo de limón
Toque final
- Aceite suave para engrasar la superficie
- Sésamo (opcional, pero muy tradicional)
Notas
Las almendras de Calatayud o Fraga, si puedes encontrarlas, aportan un aroma excepcional y un crujido perfecto.
Elaboración paso a paso
- Tostar ligeramente las almendras. Calienta una sartén amplia y tuéstalas apenas, hasta que desprendan un aroma profundo. Reserva.
- Caramelizar el azúcar. En una olla de fondo grueso, vierte el azúcar y la miel. Cocina a fuego medio sin remover; el azúcar debe fundirse poco a poco, tornándose ámbar.
- Añadir el limón. Unas gotas bastan para que el caramelo adquiera brillo y evite cristalizarse.
- Unir almendras y caramelo. Mézclalo todo con movimientos amplios y rápidos; el caramelo empezará a envolver cada almendra como un barniz caliente.
- Volcar la mezcla. Engrasa ligeramente una bandeja o mármol y extiende el guirlache con una espátula o rodillo.
- Dar forma. Antes de que enfríe del todo, marca rectángulos o rombos. Después, deja solidificar por completo.
Consejos
- No remuevas el azúcar antes de que empiece a fundirse: eso evita que cristalice.
- Para un guirlache muy fino, extiéndelo enseguida; para uno más grueso, deja que repose unos segundos antes de aplastar.
- El sésamo aporta punto aromático y es muy tradicional en Aragón.
- Precisión con el caramelo: No dejes que el azúcar se queme, ya que adquiriría un sabor amargo. Retíralo del fuego cuando alcance un tono dorado intenso, pero no marrón oscuro.
- Almendras de calidad: Las almendras frescas y de buena calidad son clave para un guirlache sabroso.
- Variedades regionales: En algunas zonas, se añade una pizca de sésamo o anís al caramelo para aportar un toque distintivo.
- Almacenamiento: Guarda el guirlache en un recipiente hermético para evitar que el caramelo se humedezca y pierda su textura crujiente.
- Envuelto en papel celofán o presentado en pequeñas cajas, tal y como lo encuentras en las calles de Zaragoza durante las fiestas. Es ideal para acompañar sobremesas largas.