miércoles, 28 de enero de 2015

Pestiños

260 gr. harina de trigo, 75 ml. vino de Jerez, 400 ml. aceite de oliva virgen suave o aceite de girasol (75 ml. para la masa y resto para freír, La piel de 1 limón, 1 cucharada sopera de semillas de matalauva o anises, Sal (una pizca, unos 2 gr.), Para el enmelado: 200 gr. de miel y agua, Otra opción de rebozado (azúcar y canela molida)

En una sartén ponemos a calentar 75 ml de aceite de oliva con la cascara de limón, una rama de canela y los anises. Dejamos que se cocinen durante 2-3 minutos y retiramos del fuego. Dejamos templar. 
En un bol echamos la harina, el vino, y 75 ml. del aceite que tenemos aromatizado con el limón y las semillas y añadimos también las semillas de matalahúva fritas. Removemos con una cuchara de madera y vertemos sobre la encimera de la cocina. Trabajamos la masa hasta que nos quede una bola compacta que no se nos pegue a las manos. Dejamos reposar la masa  durante 30 minutos.
 Con un rodillo estiramos bien la masa hasta dejarla lo más fina posible y cortamos porciones de unos 5×5 cm. Es importante extenderlos bien finitos, porque al freír la masa engorda un poquito y se queda como hojaldrada. Doblamos las esquinas opuestas de cada porción sobre si mismas pegándolas con una gotitas de agua y presionamos para evitar que se despeguen al freírlas. 
Calentamos la sartén a fuego medio con el resto de aceite. La única dificultad de este dulce está en la temperatura del aceite, ya que si está poco caliente la masa se queda como cruda, nada crujiente. Sin embargo si el aceite está muy caliente se nos dorarán muy rápidamente y quedarán crudos por dentro. La primera tanda nos servirá para probar y que las siguientes nos salgan de rechupete. 
Echamos a la sartén de pocos en pocos. Cuando estén dorados sacamos los pestiños a un papel absorbente para retirar el exceso de aceite. Para cubrirlos tenemos dos opciones: Llenamos un recipiente ancho con azúcar y canela en polvo (unas dos cucharaditas de canela en polvo por cada 100 g de azúcar) y mezclamos bien con un tenedor. Cuando todavía están calentitos se pueden rebozar en esta mezcla. También se pueden bañar en miel. Para ello, preparamos el enmelado calentando la miel con más o menos 1/4 de su volumen de agua. Cuando esté caliente y bien integrado sumergimos los pestiños y retiramos a una rejilla. Dejamos que escurran la miel sobrante y se sequen.

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