Ingredientes (para 4 personas):
- 8 alcachofas romanas (de la variedad «mammola» o alcachofas tiernas y redondeadas)
- 4 dientes de ajo
- 1 manojo pequeño de perejil fresco
- 1 manojo pequeño de menta fresca (mentuccia, típica romana, o menta común si no está disponible)
- Jugo de 1 limón (para evitar que las alcachofas se oxiden)
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra al gusto
- Agua o caldo de verduras (suficiente para la cocción, aproximadamente 300-400 ml)
Instrucciones:
Preparación de las alcachofas:
- Llena un bol grande con agua fría y añade el jugo de limón.
- Limpia las alcachofas quitando las hojas externas más duras hasta llegar a las hojas tiernas. Corta la punta de las hojas restantes y recorta el tallo, dejando unos 4-5 cm. Pela el tallo para quitar la parte fibrosa.
- Abre ligeramente las hojas con las manos para crear un espacio donde colocar el relleno. Frota las alcachofas con limón y sumérgelas en el agua acidulada para evitar que se oscurezcan.
Preparación del relleno:
- Pica finamente el ajo, el perejil y la menta. Mezcla en un bol con una pizca de sal, pimienta negra y un chorrito de aceite de oliva.
Relleno de las alcachofas:
- Saca las alcachofas del agua y escúrrelas. Rellena cada alcachofa con la mezcla de ajo, perejil y menta, asegurándote de que el relleno llegue al interior de las hojas.
Cocción:
- Coloca las alcachofas boca abajo (con el tallo hacia arriba) en una cazuela amplia y profunda, de manera que queden ajustadas y no se caigan.
- Añade el aceite de oliva y suficiente agua o caldo de verduras para cubrir aproximadamente hasta la mitad de las alcachofas.
- Cubre la cazuela con una tapa y cocina a fuego medio-bajo durante 30-40 minutos, o hasta que las alcachofas estén tiernas y el líquido se haya reducido, formando una salsa espesa.
Presentación:
- Sirve las alcachofas calientes o a temperatura ambiente, rociadas con un poco de su propia salsa.
Consejos de elaboración:
- Alcachofas frescas: Utiliza alcachofas frescas y de calidad, preferiblemente de la variedad mammola, ya que son tiernas y no tienen espinas.
- Menta romana: Si es posible, usa mentuccia, una variedad de menta típica de Roma que da un sabor más auténtico. Si no la encuentras, la menta común es una buena alternativa.
- No apresures la cocción: Cocinar a fuego lento permite que las alcachofas absorban todos los sabores y queden tiernas.
- Reutiliza el caldo: Si te sobra líquido de la cocción, úsalo como base para sopas o risottos. Su sabor será delicioso gracias a las alcachofas y las hierbas.
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