- 250 gr. de harina,
- 1 huevo,
- 50 gr. azucar,
- 50 gr. leche
- 50 de manteca o mantequilla fundida,
- 50 ml. de anis,
- un poco de levadura en polvo,
- Ralladura de limón
- Pizca de sal
- 1/2l। aceite para freir
- azucar para espolvorear
Elaboración
Preparar la masa:
- En un bol grande, mezcla la harina con la pizca de sal y la levadura.
- En otro recipiente, bate el huevo y añade la leche, el licor de anís, el azúcar y la ralladura de limón.
- Agrega la manteca de cerdo o la mantequilla a la mezcla de leche y huevo, y revuelve hasta integrar bien.
- Poco a poco, añade la harina al líquido, amasando hasta obtener una masa suave y homogénea. La masa no debe pegarse a las manos; si es necesario, añade un poco más de harina, pero con cuidado de que no quede demasiado seca.
Reposo de la masa:
- Cubre la masa con un paño limpio o papel film y déjala reposar durante unos 30-60 minutos. Esto ayuda a que los ingredientes se integren y facilita el estirado.
Estirar y dar forma:
- Pasado el tiempo de reposo, divide la masa en pequeñas porciones para trabajarla más cómodamente.
- Con un rodillo, estira cada porción de masa sobre una superficie enharinada hasta que quede bien fina, casi translúcida. Cuanto más fina sea la masa, más crujientes quedarán las orejas.
- Corta la masa en rectángulos o en formas irregulares para imitar las «orejas».
Freír las orejas:
- Calienta abundante aceite en una sartén o en una freidora a temperatura media-alta.
- Fríe las orejas de una en una, o en pequeñas tandas, hasta que se doren ligeramente. Gira las orejas para que se cocinen uniformemente por ambos lados.
- Retíralas con una espumadera y colócalas en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Espolvorear y servir:
- Cuando estén aún calientes, espolvorea las orejas con azúcar glas o azúcar común, según prefieras.
- Deja que se enfríen un poco antes de servir, para que estén crujientes y perfectas para disfrutar.
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